Mágica

-¿Compra huevos?
-No, en la otra esquina.

Nadie sabia de donde venia pero que siempre estaba para jugar con mi grupo del pasaje. De nombre particular y de apellido anónimo. Siendo niños eran datos que nunca importaron más que el hecho de la amistad. Como llamarla era lo único necesario. Y si es que tenia huevos, sino para correr a la otra esquina del suelo para poder tomar un puesto y no quedarse afuera.

Pasaban los años y cada tanto la veía caminado por ahí, cerca de mi barrio. Siempre preguntaba por mi vieja. Bien respondía. Yo, nunca contra pregunté por la suya. No sabía nada de ella. La última vez, ya no quiso saber de mi mama, solo se acerco de la nada y me pidió una moneda. Metí la mano a los recuerdos y le cedí, casi agradeciendo la confianza, los únicos 100 que tenia.
Como cuando niños, desapareció sin darme cuenta.

Magia. Eso es lo que ha sido esta chica desde niños, un personaje de cuentos. De hacerse sentir como una fría brisa en tu rostro. Para refrescar nuestros recuerdos. Para entender que a veces no importa mas que un nombre para hacerlos parte de tu vida.

PALMENIA, la llamábamos. ¿Compro huevos?, respondía. Y se iba a la otra esquina.

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