Anoche me desperté asustado


Había terminado hace poco un trabajo que no sabía cómo empezar. Con más vueltas que una inexperta cueca endiesiochá no me quedaba dormido nunca.  Tenía cerrado los ojos pero bien abiertos los circuitos mentales. Sentía cada ruido. Cada ladrido. Incluso, deje la tele prendía porque d i  c   e    n      q      u       e        a         s         i          d        a          s           s          s           s            s             z              z              z            z

Estoy durmiendo, de ese me doy cuenta, de medio lado, dando la espalda al resto de la habitación. Ya no escucho a los perros pero si siento que algo se me acerca sigilosamente a las orilla de la cama. Puedo verlo a pesar de que tengo los ojos cerrados  y el estar detrás mío. Trato de hablar, pero no puedo. Intento moverme sin lograrlo. Siento como su figura intenta cubrirme por completo. Desde su mirada irónica, penetrante, malvada, hasta sus pesuñas y larga cola. Creo calmar mi respiración sabiendo que estoy en sueño, pero aun así no puedo moverme ni hablar. Intento ahora zafarme. Me agito fuertemente. Doy un salto y mientras me voy despertando de verdad oígo su risa desvaneciéndose.

Excitado abrí los ojos, prendí la luz y vi que había hormigas en el televisor. Eran las 230 de la madrugada y yo me desperté asustado.

Me pasa por ver mucho noticiario, comer tarde y quedarme dormido con los brazos apretándome el pecho.

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